Las herramientas no son suficientes

Desde hace unas semanas tengo a mi disposición la historia clínica compartida (HC3), o sea, mi historial médico en un portal de internet. Realmente un gran avance. ¡Resulta que tengo todo mi historial desde 2011! Informes y resultados de pruebas clínicas principalmente pero en el roadmap hay mucho más. Aquí te dejo el enlace con más información.
¿Y en qué me ayuda si mi lista de espera sigue siendo de meses?
Tengo la gran suerte de que el médico de referencia de mi familia está totalmente orientado al paciente. La visita física en determinados momentos se convierte en una barrera para acceder a nuestros propios servicios: visitas para pedir derivaciones, resultados, recetas, etc. Pero él usa todas las herramientas que tiene a su alcance para hacer que todo proceso burocrático sea lo más ágil posible y procesos tediosos que no aportan ningún valor y son una pérdida de tiempo para nosotros, se produzcan lo mínimo posible. ¡Estoy seguro que ya ha incorporado la HC3!
¿Cuáles son las claves?
Desde mi punto de vista tiene dos claves muy claras.
1. Se comunica y plantea retos.
Habla con sus colegas y les plantea retos (no problemas) para poder solucionarlos de forma rápida y práctica. Realiza una comunicación efectiva para poder exponer un escenario estimulante. Salvador Pons explica la diferencia en su artículo “Tomando los problemas como retos” y en Forbes te recomiendo un sencillo pero claro artículo sobre comunicación efectiva 5 Habits of Highly Effective Communicators.
2. Parte del equipo está orientada al paciente.
Cuando a un profesional le llega el reto y acepta resolverlo es porque se ha puesto en la piel del paciente. Entiende que por pequeño que sea el problema, para el paciente puede ser el más importante y que la relatividad de la importancia depende del prisma con el que se mira. Su liderazgo da como resultado la resolución del problema o, si más no, avanzar a pasos de gigante.
3. Su ego no le puede.
No se da importancia poniendo obstáculos que muestren la complejidad del problema. Lo simplifica para poder abordarlo eficazmente y le asigna la justa dosis de importancia para que sea tratado como debe.
Las herramientas ayudan a optimizar pero no siempre tienen que ser digitales. Debes tener un proceso, una cultura y una vocación para que realmente tengan los efectos deseados y ayuden a los pacientes (o a tus clientes, según leas).